Debajo de las escaleras, un aseo queda discretamente escondido tras una lama de madera, al igual que las puertas del armario lavadero, que pasan desapercibidas gracias a la misma lama. El baño también está decorado con papel pintado, lo que aporta un encanto adicional.
La escalera conduce al segundo piso, donde una zona de estar con sillones invita a relajarse. Dos grandes ventanales proporcionan iluminación natural y una encantadora vista del entorno exterior. La pared de la escalera tiene un vibrante tono naranja, continuando con el color de la pared del salón de la planta baja.
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